En primer lugar, estoy agradecido a Canal Neumático por dejarme explicar libremente la (dura) realidad del taller de vehículo industrial. La integración vertical hacia la distribución minorista, con movimientos protagonizados por fabricantes de neumáticos y distribuidores, está erosionando la rentabilidad de los talleres, ya que condena al taller a ser un mero prestador de servicios.
Cada vez con más descaro, los fabricantes y los distribuidores están intentando vender al usuario final, intentando dejar fuera a los talleres que comparten el día a día con las flotas; y aprovechan la baja cualificación del sector que no es capaz de plantar cara y defender la parcela de la que siempre han vivido.
En definitiva, los fabricantes y distribuidores se han saltado todas las reglas de antaño en lugar de construir una red potente y profesional que es el proyecto que han intentado vender durante tanto tiempo, lo que provocará que muchos talleres se arruinen debido a la escasa rentabilidad.
Con todo esto, el fabricante está consiguiendo desenamorar a los talleres de neumáticos del negocio y van perdiendo día a día la ilusión por prosperar. La mayoría de fabricantes ya no dan valor a la historia y solo piensan en su éxito a corto plazo.
Todo aquel taller que no se reinvente terminará cerrando y lo que para mí es peor, sobre todo para los que vivimos el negocio con pasión, acabarán desenamorándose de un negocio centenario con muchos sentimientos familiares de por medio.
Auguro un futuro desángrate para todos aquellos talleres de neumáticos que no sean capaces de dar un paso al frente y reinventarse operativamente, digitalmente y profesionalmente, atrayendo talento introduciéndolo a su activo.
Respecto a la escalada de precios, independientemente del incremento continuado de las materias primas, tengo claro que todos los fabricantes están aprovechando la situación coyuntural para recuperar margen en sus operaciones; márgenes que ellos mismos han ido erosionando con políticas cortoplacistas en los últimos 10 años.
Pero lo más grave es que están provocando un daño irreparable en el día a día del taller en forma de riesgo/impago, hecho que sacudirá de forma irreversible la economía de los talleres cada vez más debilitados.
Quizá cuando la industria del neumático necesite de su red de talleres, ya no podrá contar con una red profesional y competente porque ellos mismos condenaron al que debería ser su principal activo en la cadena de distribución.
Por otra parte, no quisiera obviar la responsabilidad que tienen muchos talleres al no haber querido invertir en sus negocios, viviendo de forma continua en su zona de confort, hecho que pagarán con creces en un futuro próximo.
Este año 2022 seguirá la incertidumbre, y los problemas cada vez más inminentes de impagos, al mismo tiempo que la preocupación por la no aceptación por parte del usuario final a los precios finales impuestos por el fabricante.
Hechos que provocarán que el taller sea incapaz de hacer planificaciones a medio y largo plazo, invertir o crecer, puesto que bastante tendrá con tratar de sobrevivir. Invito de manera humilde, pero con firmeza a la empatía de los fabricantes con los talleres y que entiendan y valoren el trabajo que realizamos y de una vez se den cuenta de que ambos nos necesitamos para seguir construyendo futuro.
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