Turbocompresor camión
¿Qué es el turbo o turbocompresor del camión?
Los camiones tienen la difícil labor de mover una gran suma de kilos todos los días durante miles y miles de kilómetros. Por lo que este gran esfuerzo requiere de una potencia equivalente para poder mover sin ningún problema todo el material sin que el motor sufra y vaya con toda la comodidad posible. Es ahí donde entra el turbocompresor del camión.
Son por estas razones que las empresas de camiones han “creado” la solución perfecta para poder paliar estos efectos y que la vida de todos los componentes del camión no tengan un desgaste prematuro. La solución fue incorporar una estrategia para aumentar la productividad y ahorrar combustible. Ahí es donde entra el turbo de los camiones.
Su función, como ya hemos comentado, es la de aumentar la potencia del motor. Es un sistema que hace uso de gases comprimidos para impulsar aire con una mayor presión atmosférica y evita así el uso excesivo de combustible.
Beneficios de un motor con turbocompresor
El motor del camión necesita, en algunas ocasiones, una ayuda extra para poder transportar durante varios kilómetros la mercancía que sea necesaria. Por esta razón, se comenzó a instalar un sistema que ayuda a los camiones a tener una conducción con más potencia y mejor rendimiento. Pero, ¿cuáles son todos los beneficios que aporta dicho sistema?
- Como ya hemos comentado, aumenta considerablemente la potencia del motor del camión hasta un 50%. Mejorando su rendimiento aun con una menor cilindrada. Es sin duda una de las ventajas más notables y a tener en cuenta. Este aumento de capacidad se produce al comprimir el aire de admisión, incrementando la densidad de la mezcla aire-combustible, lo que aumenta la admisión y mejora llenando los cilindros.
- Mejora el rendimiento de nuestro combustible. Los motores con turbo transforman el gas de escape en energía consumiendo menos combustible, ya que se producen menos giros del motor. Además, gracias a este turbo, los motores se hacen más pequeños, por lo que hay menos rozamiento y menos consumo de lubricantes y combustible.
- Funciona a cualquier altitud. Al no ser un motor al uso, que perdería potencia a más altitud, se alcanza a nivel del mar con el vehículo al disminuir el oxígeno. En este caso, con el turbocompresor no hay posibilidad de que esto ocurra. Al detectar que hay menos oxígeno, hay más presión y se fuerza la entrada al motor.
Además, gracias a este proceso de reciclar la energía desperdiciada de los gases de escape, transforma una mayor parte de la energía del combustible consumido en potencia. Reduciendo así las emisiones de CO₂.
¿Cómo saber si tengo el turbocompresor averiado?
Hay varias razones por las que un turbo nos puede avisar de que necesita un cambio o revisión. Al final, por muy bueno que sea tenerlo, también tiene sus fallos. Las altas temperaturas y velocidades de un turbocompresor pueden ser difíciles para él.
Los gases de escape chocan contra la turbina a altas temperaturas y altas revoluciones, hasta 170.000 rpm. Se produce entonces una presión de aire en la cámara de compresión calentándose. Llegando a los 200 ºC.
Es una pieza que es probable que dure tanto como el resto del coche si se mantiene adecuadamente. Con mucha frecuencia, una falla es un síntoma de un problema subyacente del motor que debe abordarse antes de reemplazar la unidad turbo, o se repetirá.
Veamos algunos de los síntomas que nos pueden avisar sobre una avería:
- Aceleración pobre. Si el turbo tiene alguna tara con la presión, no funcionará adecuadamente. Se puede deber desde un motor desgastado hasta un cojinete del turbocompresor del camión roto o dañado. Aunque también puede haber una fuga o un mantenimiento de mala calidad del filtro del combustible y aire.
- Mayor consumo de combustible. Si de una semana para otra tienes que ir más, a menudo a repostar o hacer menos kilómetros con el mismo depósito con el que antes hacías más es un claro ejemplo de que algo ocurre con el turbocompresor del camión.
- Exceso de humo en el tubo de escape. En muchos de los casos donde existe un exceso de humo azul o gris, se puede deber a una fuga de aceite del motor en el sistema de escape. Esto puede acarrear problemas con el turbocompresor, ya sea por desgaste o rotura de sellos internos o grietas en la carcasa de la turbina. Suele haber más humo azul, alcanza cierta revolución cuando el coche estaba inactivo.
- Ruido extraño del turbo desde el vano. Si el turbocompresor del camión produce un ruido que no es normal, es hora de revisarlo por si las moscas. Ya que si un ruido singular, parecido a un taladro, aparece en tu camión, no tardes mucho en hacerle una revisión a fondo. Las principales causas de esta situación se pueden deber a un bajo flujo de aire o aceite o materiales extraños en los cojinetes.
- Se enciende el testigo de “avería de motor”. No hay que dejar de tener en cuenta que, aunque no sea por el turbocompresor, si aparece esta luz en el salpicadero será necesario acudir a tu taller de confianza.
¿Debería cambiar el turbocompresor del camión?
No es el componente más grande de nuestro vehículo, quizá tampoco el más importante. Pero una avería en el turbocompresor del camión es un proceso muy delicado por la dificultad y el coste que tiene dicho cambio. Que tiene beneficios en cuanto a la potencia que nos ofrece es un hecho, pero que su precio de arreglo y recambio es uno de los más costosos es una realidad.
Su cambio depende como todo. Hay muchos factores a tener en cuenta: modelo del vehículo, mantenimiento de los componentes o forma de conducción. Pero de normal, su recambio se suele hacer al llegar a los 200.000-250.000 km, aunque siempre puede haber fallos que obliguen a su reemplazo.
Vale, pero ¿cuánto cuesta cambiar un turbo? Pues también depende de varios factores. Mano de obra, el estado en el que se encuentre el mismo o la disponibilidad de materiales. No obstante, el cambio por un turbo nuevo suele estar entre los 800-1.400 €. Pero si se quiere, o existe la posibilidad, de usar un recambio de segunda mano. El coste será mucho menor, entre 200-600 €. En cambio, si lo que se quiere o necesita es repararlo porque no hay otra opción. Puede salir la reparación entre 1.000-5.000 €.
Aunque no lo parezca son dos mecanismos diferentes, aunque la finalidad es la misma. Ambos se encargan de introducir más cantidad de aire en el motor para combinarlo con el combustible y que la potencia sea mayor.
Por un lado, el turbo tiende a tener una mejor rendimiento entre la potencia que ganamos y el consumo del combustible que gasta el vehículo. Pero el compresor, siempre tendrá ventaja respecto a la inmediatez del motor del vehículo, aunque no tengamos un rendimiento mayor en el gasto del combustible.
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